NATURALEZA DESDE SIGÜENZA

Una visión de la naturaleza de Sigüenza y su comarca por Javier Munilla

miércoles, 4 de marzo de 2020

ESCRIBANO MONTESINO


“Además de calígrafo lleva los renglones puestos” 
(Joaquín Araujo)

En muchas ocasiones cuando salgo a observar aves, tanto en espacios naturales como por dentro de nuestro pueblo, suelo encontrarme con algunas personas que se interesan por lo que estoy haciendo. Por lo general, cuando les digo que estoy observando los pájaros, sobre todo dentro de los pueblos, se sorprenden porque como una vez me dijo un señor, que paseaba por la ronda seguntina: “Pero no te cansas de ver siempre gorriones, jilgueros, urracas y tordos”. Me hizo mucha gracia y comenzamos una entretenida conversación sobre la gran variedad de aves que podíamos observar allí mismo donde estábamos, entre los que se encontraban además de los que él me había nombrado mitos, verderones, picapinos, pitos reales, pinzones, petirrojos, colirrojos, trepadores azules, agateadores comunes, abubillas, verdecillos, luganos, roqueros solitarios, aviones comunes, aviones roqueros, golondrinas, escribanos, etc. Y como podíamos observar unos u otros dependiendo de la época del año en que nos encontráramos. 

Mientras hablábamos en la rama de un saúco, más o menos cercano, se posó un ave del tamaño de un gorrión con colores pardos y grisáceos. Mientras lo fotografiaba, mi acompañante ocasional me comentó: “Ves, solo hay gorriones”. Mi respuesta fue: “Espera un momento y ahora cuando acabe de fotografiarlo te muestro que lo que tu piensas que es un gorrión en realidad es un precioso Escribano montesino”. Al momento, nuestro amigo cambio de posadero y aproveché para mostrarle la fotografía, no muy buena ya que salia algo movida, de lo que él pensaba que era un gorrión. La verdad es que se sorprendió mucho y le pareció un pájaro precioso, asombrándose del bello dibujo de su cabeza y los distintos matices de su plumaje. Seguimos hablando sobre aves un rato más y después cada uno continuó su camino.


Pero lo mejor es que alguna vez más me lo he vuelto a encontrar y siempre que puede se une a mi paseo y va descubriendo cada día ese otro tesoro que poseemos en Sigüenza que son las distintas aves que nos rodean. Su afición es cada día más grande y ya está pensando en comprarse unos prismáticos para poder observar mejor a las distintas especies de aves que observar en sus paseos. En homenaje a ese pajarillo que despertó la afición a la ornitología en esta persona, el artículo de este mes está dedicado al Escribano montesino (Emberiza cia).

Su nombre científico “Emberiza” proviene del antiguo germano emmeritz o embritz que es la palabra que designaba al escribano, y “cia”, es como conocían comúnmente a esta ave en genoveses, por el sonido de su canto de llamada. Supongo que alguno de vosotros os preguntareis y porque le pusieron el nombre de “Escribano”. El nombre de “Escribano” proviene del dibujo de los huevos de esta familia de aves pues están surcados por líneas como las que, realizada un escribano para limpiar los restos de tinta de la pluma, además en castellano se le bautizó como “montesino” por el hábitat donde vive.

Fotografía de Didier Descouens
En general a este pequeño pájaro se le denomina en todos los lugares por algo que le puede caracterizar, algunos ejemplos son: En alemán se le conoce como “Zippammer” por el sonido de su llamada “zi”, como hemos visto anteriormente su apellido científico es “cia” por lo mismo; en  inglés “Rock Bunting” (colorín de roca) porque le gusta posarse en lo alto de las rocas; en francés “Bruant fou” (gorrión loco) por su comportamiento ya que no suele estarse quieto en un mismo lugar mucho tiempo; en portugués “Escrivedeira de garganta cinzenta” por el color de su garganta y en gallego” Escribenta riscada” por el lugar donde suele habitar.

El escribano montesino es un ave de tamaño parecido al gorrión común, pero con la cola más larga, su plumaje es pardo con franjas de color oscuro, lo que dificulta su observación debido al efecto de camuflaje que resulta de esta combinación de colores. Destaca su cabeza gris con tres bandas de color negro azabache en los machos, pardo negruzcas en las hembras; las tres listas ocupan: Una a ambos lados del píleo, otra pasa a través del ojo y la tercera enmarca la mejilla. Su pico es pequeño, de color negro en su parte superior y gris claro la inferior y sus ojos son oscuros. El plumaje dorsal es de color pardo con bandas de color negro, en el plumaje del pecho pueden distinguirse los sexos ya que en el macho es de color gris más contrastado y en la hembra es un poco más claro. Su cola es larga en comparación con su cuerpo. Fuera de la estación reproductora, los machos se asemejan a las hembras y a los inmaduros. El joven presenta un plumaje parduzco y fuertemente estriado en el pecho; la cabeza es marrón-ocre y no presenta bandas laterales.


El hábitat característico son las laderas de montaña empinadas y pedregosas con zonas de vegetación herbácea, arbustos espinosos y árboles dispersos. En invierno desciende hasta sotos fluviales, bosques abiertos con abundancia de sotobosque, matorrales y áreas cultivadas e, incluso, en parques y jardines. Sin ir más lejos es fácil observarlo en Sigüenza por la zona de la ronda o en Pelegrina en las proximidades de las ruinas del castillo.

La especie come, principalmente, semillas de gramíneas, así como yemas, brotes y frutos diversos. En primavera y verano incorpora a la dieta gran variedad de insectos y otros invertebrados que recoge del suelo y la vegetación baja. Como sucede en otras especies de aves mayoritariamente granívoras, los pollos son alimentados con invertebrados.
Su vuelo es lento, ondulante y a poca altura del suelo. Su costumbre es ir comiendo lo que va encontrando por el suelo, dando pequeños saltos de piedra en piedra. También se suele posar en pequeños arbustos desde donde otear el territorio.

Los escribanos montesinos son fieles al territorio donde anidan año tras año y defienden su territorio contra otros machos jóvenes que intenten ocuparlo. Todas las observaciones realizadas sobre una población de escribanos montesinos anillados a lo largo de años han mostrado que el macho viejo siempre ganaba esta batalla territorial. Hasta su desaparición, los machos ocupaban el mismo territorio una y otra vez, observándose en algunos casos machos que han ocupado un mismo territorio hasta ocho años consecutivos. Las hembras también suelen regresar al territorio ocupado el año pasado, en un caso observado una hembra estuvo durante cuatro años emparejada y criando con el mismo macho. Si un macho ya está emparejado cuando llega la hembra, está buscará un nuevo pretendiente. Lo curioso de estas observaciones que acabamos de mencionar es la edad de los individuos, ya que la edad media en libertad de los machos es de dos años y medio años y la de las hembras de dos años. Pero cabe destacar que el individuo de esta especie de más edad que se ha observado tenía nueve años.

En el mes de febrero ya podemos observar a los machos de escribanos defendiendo su territorio de cría de otros machos a la espera de que las hembras empiecen a mostrarse receptivas para la cópula. El periodo reproductor suele comenzar a finales de abril y concluir a principios de julio. El nido se coloca, por lo general, cerca del suelo, habitualmente dentro de un arbusto o árbol denso y espinoso, en el hueco de un muro o en una pared entre la vegetación tupida. La construcción consiste en una taza desordenada, formada por diversos materiales vegetales, que realiza en solitario la hembra. La puesta es de tres a seis huevos de color grisáceo o blanquecino con abundantes listas irregulares, que incubará la hembra entre doce y catorce días. La estancia de los pollos en el nido dura alrededor de dos semanas y son alimentados por ambos progenitores. Los pollos, tras abandonar el nido, aún son cebados por sus padres un par de semanas más hasta ser independientes. Si la climatología y la cantidad de alimento disponible es favorable pueden tener una segunda puesta a primeros de junio.


Su canto es sencillo, con una voz suave y fina, emite un “siu siu siu-tsi,tsi-tsit- sirrrr” que puede ser confundido con otras especies como el "Escribano cerillo", aunque es más estridente, y el "Verdecillo".

La mayor amenaza para las poblaciones de estas aves es la intensificación agrícola que actúa en contra de sus hábitats transformando los valles poco arbolados y otras zonas de baja y media montaña. El escribano montesino aparece incluido en el Catálogo Nacional de Especies Amenazadas en la categoría “De interés especial”. Y Al igual que muchas otras aves el escribano montesino muere por 'stress' en cautiverio, es la causa más frecuente de mortalidad en estas aves si son enjauladas.

A los aficionados a las aves les aconsejo que aprovechen estos meses del fin del invierno o comienzo de la primavera para observar a los escribanos porque en cuanto los árboles y arbustos comience a llenarse de hojas y los territorios de cría estén definidos se hará difícil poder observar a estos pequeños pájaros.


jueves, 13 de febrero de 2020






Durante estos días de invierno viene a visitarnos desde el norte, de paso migratorio al sur, el Lúgano (Spinus spinus).

Fue descrito por primera vez por Carlos Linneo en 1758 que lo definió como Fringilla spinus. Algunos ornitólogos dicen que es primo lejano de nuestro bello jilguero porque en 1760 el zoólogo francés Jacques Brisson describió el género Carduelis, donde tradicionalmente se ha incluido al jilguero y al lúgano. Pero recientemente se ha propuesto la división de este género en tres: Spinus, Astragalinus y Sporagra. 
A nuestro protagonista se lo incluyó en el género Spinus, aunque muchos autores la siguen incluyéndolo dentro del género Carduelis. Por lo tanto, etimológicamente su género proviene del latín "spina" que significa espina, astilla, espinoso. Probablemente el nombre científico de la especie viene definido por su costumbre de anidar entre las acículas de pinos y abetos que son árboles pinchudos.

El lúgano es un desconocido para la mayoría de las personas que lo suelen confundir con otras aves, para conocerlo un poco mejor podemos describirlo. Lo primero que llama la atención cuando se observa un macho de lúgano es el color negro de la parte superior de la cabeza y la cola muy escotada y en la que la parte basal de las rectrices es amarilla excepto las dos centrales que son pardo negruzcas. El dorso y las plumas escapulares tienen color verde amarillento y están ligeramente rayadas de negro; el obispillo es verdeamarillo no rayado y más llamativo, lo mismo que las franjas amarillas de las alas pardo negruzcas. Los carrillos son amarillos manchados de gris verdoso, la garganta tiene una mancha negra, el pecho es amarillo no rayado y el vientre blanco, ligeramente teñido de amarillo. Los amarillentos flancos lo mismo que las plumas debajo del nacimiento de la cola están rayadas de negro. La cantidad de negro en la cabeza varía de unos lúganos a otros y algunos carecen de la mancha negra del mentón y la garganta o la tienen muy atenuada.

La hembra es más pálida, menos amarilla y más rayada que el macho. Las partes superiores son gris verdoso rayadas de pardo negruzco, el obispillo verdoso amarillento también tiene rayas; la garganta y el pecho son blancogrisáceos teñidos en los lados de amarillo; las alas y la cola son como en el macho, pero el color amarillo no es tan vivo como en aquél. Los jóvenes lúganos macho y hembra, tienen la cabeza y el resto de las partes superiores de color pardo rayado de negruzco; raya detrás de los ojos, garganta y lados del cuello blancos ligeramente manchados de amarillo y punteados de negruzco; el resto de las partes inferiores rayadas, no punteadas. Las alas como en los adultos, pero de coloración más apagada y notándoseles un tinte beige.


El lúgano tiene el pico fino y puntiagudo de color pardo oscuro, siendo la mandíbula inferior algo más pálida. Las patas y los pies son pardo oscuro y el iris de los ojos negro. Con la única especie con la que podría ser confundido visto a distancia sería quizá con el verdecillo (Serinus serinus), pero éste, aparte de ser más rechoncho, tiene un pico más corto y grueso y la cola está mucho más horquillada. También el lúgano es mucho más activo en sus movimientos y se mueve inquietamente en las ramas altas de los árboles con frecuencia colgando de ellas invertido a la manera de los páridos en su afán por alcanzar las semillas de las pequeñas piñas del Aliso común (Alnus glutinosa) que constituyen su alimento preferido. Existe mucha más probabilidad de confundir las hembras si algunos de los rasgos expuestos no pueden ser observados, pero entonces hay que acudir a las partes inferiores más blancas del Lúgano y sus alas negras con banda amarilla que siempre es muy notoria.

Su vuelo es rápido y como el de los demás fringílidos es notablemente ondulado. Puede volar a baja altura, pero prefiere hacerlo sobre los árboles o bastante alto por encima de la campiña. Se oye antes que se ve, pues su canto lastimero es agudo y posee un gran alcance. Si pasa alto y algo le llama la atención se deja caer verticalmente posándose sobre una rama y permaneciendo allí unos minutos inmóvil.

El lúgano habita en todas las regiones de la Europa y también existe una población separada que se localiza en el oriente de Asia. En España, la especie cría en masas forestales de alta montaña dominadas por pinos, abetos y hayas, de manera regular en Los Pirineos y, más esporádicamente, en otros sistemas montañosos de la Cordillera Cantábrica, Sistema Ibérico y Sistema Central, aunque se puede observar en la práctica totalidad de la Península Ibérica   durante el otoño y el invierno.

Presenta un comportamiento migratorio variable según el área de distribución y a su vez, muestra movimientos regionales y continentales que dependen de la disponibilidad de alimento y no están sujetos a una regularidad anual. El número de ejemplares que migran depende del éxito reproductor de la primavera anterior y como decimos de la disponibilidad de alimento. Por ello hay algunos años en los que se producen grandes irrupciones de lúganos procedentes del norte de Europa.Es un ave que no se asienta por largo tiempo en un área, sino que varía mucho sus áreas de cría, alimentación, invernada de año en año.


Es un pájaro muy activo e inquieto. Muy social y es habitual verlo en otoño e invierno en bandos muy cohesionados y también en compañía de otros fringílidos. Es una de las pocas especies de aves en las que se ha descrito un comportamiento en el que los ejemplares más jóvenes del mismo sexo regurgitan comida a los líderes dominantes del grupo; esto es lo que hace que se cree una gran cohesión en los grupos y además nos señala que en estos bandos existe una estructura jerárquica muy fuerte.

Se alimenta de semillas de pinos, alisos, abedules, olmos y diversas herbáceas, en el periodo reproductor completa su dieta consumiendo insectos.

Aun antes de terminar la migración y de que los pájaros lleguen a su habitual territorio de cría, ya entran en las primeras escaramuzas de la fase del celo. Los machos se atacan entre sí y el grado de agresividad en los grupos migratorios va aumentado. En el cortejo la postura clásica del macho de Lúgano en presencia de la hembra incluye el erizado de las plumas negras del píleo y de las amarillas del obispillo mientras deja las alas colgando, infla el pecho, abre la cola, canta y lanza una nota estridente con insistencia. También va volando de uno árbol a otro, ocupando siempre la rama más alta.

A partir de los primeros días de abril las hembras comienzan a construir el nido con ramas pequeñas y finas con musgo pegado, líquenes, lana, plumón o pelo. El nido es muy pequeño y suele estar situado en una rama horizontal, muy a menudo al extremo de ella. Resulta muy difícil de encontrar, aunque estos pájaros a menudo crían en pequeños grupos unos cerca de otros. La puesta oscila entre 3 y 5 huevos de color blanco, azul claro o gris con algunas manchitas pardas o rojizas, rayas finas y ocasionalmente con puntos oscuros. La incubación que empieza con la puesta del penúltimo o último huevo, dura 12 días aproximadamente. Solamente la hembra toma parte en ella, siendo alimentada por el macho con bastante asiduidad lo que puede ser una ayuda para encontrar los diminutos nidos de esta especie entre el ramaje. El macho al llegar cae sobre el nido directamente y también sale de él hacia arriba sin tomar precaución alguna ante la presencia de posibles predadores. Ambos adultos alimentan a los pollos. Los progenitores regurgitan en la garganta de los pollos, la pasta formada en su buche por semillas e insectos. Una vez llenos beben unos sorbos de agua y recogen algunas partículas de piedra, después vuelan al nido y regurgitan toda esta masa en las bocas abiertas de los pollos. La comida no está predigerida ni siquiera impregnada con secreción especial, pero sí con mucus, que puede aportar alguna proteína extra y agua a los jóvenes. Los pollos permanecen en el nido dos semanas y cuando lo dejan sus plumas están entre la mitad y las dos terceras partes de su crecimiento. Durante 4-5 días más, los jóvenes permanecen posados en una rama cercana y es en ese momento cuando se produce la mayor mortalidad. Al mes ya están completamente emplumados y forman pequeños bandos junto con los adultos si éstos han criado ya por segunda vez. La segunda puesta se inicia normalmente en el mes de junio, pero huevos recién dejados pueden encontrarse en los primeros días de julio.
En la época de cría es muy tímido, solitario y difícil de observar; por este motivo en Alemania existe una leyenda en la cual se otorga a los lúganos la facultad de guardar en su nido una piedra mágica que les convierte en invisibles.

Las principales amenazas que sufren los pequeños lúganos provienen de la agricultura intensiva y la caza con red o con liga para capturarlos y ser vendidos los aficionados a la canaricultura por su canto y coloración, ya que es una especie que hibrida fácilmente con jilgueros y canarios.


Para finalizar contaros que en San Petersburgo hay una fuente, situada en el terraplén del río Fontanka, que posee una escultura que representa a un lúgano, conocida como “Chizhik Pyzhik”. La figura, a tamaño real, se instaló cerca del Jardín de Verano en 1994 en el lugar donde estaba situada de la antigua Academia Legal Imperial, fundada en 1835. Se eligió al lúgano como figura protagonista de la fuente porque los estudiantes de la Academia llevaban uniformes verdes y amarillos que se asemejaban al plumaje de los lúganos, allí conocidos como “siskins”. La obra corresponde a Revaz Gabriadze, escultor, director de teatro y cine, dramaturgo, escritor y pintor georgiano y según palabras de su creador: "Chizhik Pyzhik ayuda a los estudiantes a superar infelices relaciones amorosas y moverse en transporte público sin tener billete". Actualmente la tradición local sugiere que cualquiera que pueda arrojar una moneda para que caiga en la estatua sin caer al agua de la fuente, tendrá buena suerte. Cosa que no le ha sucedido a la figura del ave que ya ha sido robada varias veces. Después del último robo en 2002, el personal del Museo de Escultura Urbana realizo varias copias del diseño, que esta guardado en el propio museo, para poder reponer la escultura del pequeño lúgano.

sábado, 1 de febrero de 2020

Micología en la Sierra Norte de Guadalajara


Aquí os dejo mí articulo sobre micología en la Sierra Norte de Guadalajara publicado en la revista "La Pizarra de la Sierra Norte", junto con las recetas de nuestras dos estrellas michelin, Enrique Pérez de "El Doncel" de Sigüenza y Samuel Moreno de "El Molino" de Alcuneza.







Si alguien quiere descargarse la revista o leerla al completo puede hacerlo en

miércoles, 15 de enero de 2020

SETA DE CARDO



Finalizó el año 2019 y el otoño, muy seco, en la comarca seguntina no ha sido especialmente favorable para la recolección de nuestra protagonista, pero estoy seguro que más de uno guardó algunas de las pocas setas de cardo que ha recolectado para degustarlas durante las fiestas navideñas, algo muy tradicional en nuestra comarca ya que para nosotros la seta de cardo se encuentra entre los manjares más suculentos y más preciados.


La seta de cardo es probablemente la más conocida y recolectada en toda Castilla y seguramente sea una de la más conocida en toda la Península Ibérica. Tan popular es en Castilla que por ese motivo fue elegida como símbolo por la “Sociedad Micológica Castellana”, conocida desde 1985 como “Sociedad Micológica de Madrid”. Aun así, espero en este artículo dar a conocer más detalles de esta maravilla gastronómica que nos brinda la naturaleza. 

Fue descrita y catalogada como especie por primera vez por el botánico francés Pierre Magnol en su obra “Botaninum Monspeliense sive plantarum circa Monspelium nascentium index” publicada en 1676. 

Hagamos un pequeño inciso para comentar una curiosidad sobre este gran botánico que describió más de 2000 especies, algunas de ellas por primera vez. Como homenaje a Pierre Magnol, el sueco Carlos Linneo, científico, naturalista, botánico, zoólogo y creador de la nomenclatura binomial que clasifica a todas las especies de seres vivos sobre el planeta, rebautizó a todo un género de árboles de espectaculares flores como “Magnolia” en su honor.


La seta de cardo muy conocida y apreciada desde la antigüedad, tanto es así que existe una bella leyenda según la cual el poeta Horacio estaba una mañana paseando por un altiplano en la Murgia de Altamura, cuando un destello entre la bruma matutina llamó su atención. Se acercó hacia el lugar del que procedía el destello y descubrió un rodal de setas de cardo. Uno de sus acompañantes le explicó que se trataban de setas comestibles y les pidió que las recogieran y guardaran en una bolsa para la cena de esa noche. Una vez que Horacio probó las setas, se sorprendió muchísimo y dijo: “¡Esta seta es tan carnosa, tan compacta, tan sabrosa, que ciertamente debe ser la comida de los dioses!

En Italia durante la Edad Media fue protagonista de canciones en algunas tabernas de la región de Lazio (Italia). Una de ellas es la que os muestro a continuación, pero antes de transcribir la canción es necesario explicar que a la seta de cardo en Italia se la llama “cardoncello” y al caracol “lumaca" y en la canción a nuestro caracol lo llaman metafóricamente “Luciana”. Y como podréis a preciar en la canción también se hace referencia al lugar donde se sitúa la leyenda anterior, ya que la Murgia es el lugar donde se crían la mayor cantidad de estas setas en Italia. Esta canción está dedicada a un típico plato de esa región que es setas de cardo con caracoles y su recolección.

Estábamos en el claro, en la Murgia en Altamura,
y nos contó un cardoncello, a orillas de un arroyo.

Que ladera abajo, vino un agricultor
con caracoles recogidos en la bolsa Cippone.
Sin fuerza y sin látigo, te metiste en esa bolsa
y temblando de miedo, me quedé oculta en la hierba.

¿Dónde estás mi Luciana?
No puedo encontrar tu estela.
¿Dónde estás, hermoso caracol?
No veo tu antena.

A unos cien metros nada más, me acuerdo todavía,
era de noche, paso un día y una noche, pero me uní a ti con el alba. 
Sin las punzadas del hambre, comiendo migas de pan,
te vi todavía hermoso, chapoteando en la sartén.

¿Dónde estás mi Luciana?
Ya no encuentro su camino.
¿Dónde estás, hermoso caracol?
No veo tu antena.

Parecía el paraíso, mientras amaba tu sonrisa,
pero ese tibio calor se convirtió en un gran hervor

¿Dónde estás mi Luciana?
Ya no encuentro su camino.
¿Dónde estás, hermoso caracol?
Ahora duerme en la sartén.

Oh Luciana que pena, lo nuestro fue solo un coqueteo.
Nuestro desafortunado sueño terminó.


Para finalizar los datos históricos relacionados con la seta de cardo comentar que durante el Renacimiento fue considerado un alimento delicioso y afrodisíaco, hasta el punto de ser incluida en el índice de sustancias prohibidas por el Santo Oficio. La Santa Sede prohibió su consumo porque creían que distraía a los fieles de la idea de expiación y alentaba a los pecados de la carne alejando a los cristianos de la penitencia.


Conozcamos un poco más a nuestra protagonista. Para los principiantes la recolección de la seta de cardo, resulta una de las más difíciles de reconocer ya que el color de su sombrero (cutícula) varía desde un marrón muy claro, como café con leche con poco café, pasando por todos los tonos de marrón hasta un marrón negruzco muy oscuro. Además, la forma de su sombrero tampoco ayuda ya que puede llegar a ser desde redondeado a formas irregulares (lobuladas, bilobuladas, trilobuladas, con forma de riñón, de oreja, etc.). En general, podemos decir que el sombrero posee un diámetro entre 3 y 10 cm, de color variable, que muchos micólogos relacionan con el tiempo de exposición al sol, aunque a mí personalmente me parece que también tiene algo que ver con el tipo de suelo donde crecen. Posee un brillo especial que la hace inconfundible a contraluz, característica que nos ayuda mucho a los buscadores cuando la intentamos localizar en los amplios campos donde brota. Su margen es al principio grueso y enrollado y según se desarrolla y crece ese margen tiende a adelgazar y redondearse. Sus láminas son de color crema, decurrentes, poco apretadas, desiguales, gruesas, con numerosas laminillas y algunas veces bifurcadas. No son fácilmente separables del sombrero. El pie en la mayoría de las veces es excéntrico, liso, atenuado de color blanco, no posee anillo ni volva. Carne gruesa, de textura firme y color blanco. Tanto el pie como el sombrero presentan la misma consistencia. Su olor es fúngico débil pero muy agradable y su sabor delicado un toque un poco dulce. Es una seta de las llamadas biestacionales, ya que si las condiciones meteorológicas son propicias pueden brotar tanto en otoño como en primavera. Su eclosión suele producirse generalmente a las dos semanas posteriores a las lluvias, aunque puede adelantarse si las condiciones climáticas son óptimas. 


Etimológicamente su nombre científico nos da algunas pistas sobre ella, y aunque Pleurotus eryngii es latín ambos conceptos provienen del griego. Pleurotus significa “al lado, al costado” y eryngii significa “cardo”. Por lo tanto, podemos decir que su nombre científico significa “la que está al lado del cardo”.

Y como su propio nombre nos indica, la principal característica de la seta de cardo es que es saprófita del Eryngium campestre y, por tanto, está asociada a esta planta. El Eryngium campestre es conocido comúnmente como cardo corredor, cardo setero, cardo cuco, etc. Muchas veces podemos encontrar setas de cardo en terrenos donde no se ve ni un solo cardo, cosa que también vuelve loco al buscador novato, esto es debido a que con anterioridad en ese terreno había cardos y estos se han desprendido y rodado, dejando sus raíces muertas en el subsuelo donde el hongo micorriza con ellas.

Las setas de cardo tienen una especial predilección por los suelos pobres de los eriales o paramos, cultivos abandonados, pastizales y bordes de caminos donde abundan los cardos. A estas setas les gustan las solanas, aunque las primeras siempre salen en las umbrías, y los suelos calizos. Abundan en los terrenos utilizados para el pastoreo y las cañadas, en definitiva, suelos bien abonados por el paso del ganado, especialmente las ovejas. Comparte su hábitat con otras especies micológicas como son el Agaricus silvestre, Stropharia coronilla, Amanita codinae, Marasmius oreades, Lepista rickenii, Lepista luscina, Lepista inversa y con distintas especies del género Melanoleuca.


La seta de cardo es una especie micológica sometida a una gran presión recolectora y distintos estudios realizados por diferentes universidades y sociedades micológicas nos muestran un paulatino descenso del número de ejemplares en sus eclosiones. Estos mismos estudios revelan que las causas de este descenso son el abandono de los métodos tradicionales agrícolas, entre el que destaca el uso de biocidas que ha disminuido de forma alarmante el número de umbelíferas; el descenso de la cabaña ganadera , en particular ovina y caprina, y el pastoreo tradicional;  la recolección incontrolada de ejemplares pequeños que son inmaduros y no han comenzado su ciclo reproductor y las malas prácticas recolectoras, como arrancar la seta y dejar el micelio expuesto al sol o el hielo factores que son destructivos para él. Recomendamos encarecidamente que cuando se vaya a buscar setas de cardo se utilice navaja para evitar hurgar y dañar en exceso al micelio, y que pueda continuar produciendo más carpóforos, y recolectar las setas cuando hayan adquirido un tamaño mínimo de 4 cm de diámetro en el sombrero. Si no empezamos a concienciarnos en estas medidas en poco tiempo veremos la extinción de la seta de cardo en muchos de los setales conocidos, como supongo que ya muchos aficionados han podido comprobar con otros muchos setales.

Las confusiones de las setas de cardo con otras especies tóxicas o venenosas no son habituales. Aunque siempre debemos estar seguro de lo que estamos recolectando y si no estamos seguros al 100% dejarla en el terreno. La confusión más común con la seta de cardo suele venir por otras especies muy similares del género Pleorotus. 


En realidad, la seta que habitualmente recolectamos en nuestra comarca es Pleurotus eryngii var. eryngii, porque como ya hemos comentado es micorriza de las raíces del cardo corredor (Eryngium campestris) y cardo azul (Eringium dilatatum) y en las zonas costeras de dunas pueden encontrarse ejemplares asociadas al cardo marino (Eryngium maritimun). Pero también podemos encontrar Pleurotus eryngii var. ferulae, que micorriza en las raíces de plantas del género ferula como la cañaheja (Ferula communis), hinojo (Foeniculum vulgare) o panace (Opopanax chironium); Pleurotus eryngii var. eleaseolini, que presenta la cutícula blanquecino cremosa que fructifica asociada al hinojo marino (Eleasolinum asclepium), orlas de bosque (Elaeoselinum foetidum), ajonjolí negro (Laserptium latifolium) y comino rustico (Margotia gummifera) y Pleurotus eryngii var.thapsiae, en las raíces de la candileja (Thapsia garganica) o zumillo (Thapsia villosa). Durante muchos años se ha determinado incorrectamente como Pleurotus eryngii var. nebrodensis a una especie de color blanquecino que únicamente se ha observado en la isla de Sicilia en Italia y en una pequeña zona del sur continental de Grecia sobre Cachrys ferulácea, por lo que se trata de un taxón a proteger debido a su rareza.

También he podido observar que muchas personas confunden la seta de cardo con setas del género Melanoleuca, con las que comparte hábitat; del género Lepista, que salen en claros y praderas; y aunque ni siquiera comparten hábitat con ejemplares del género Hohenbuehelia, que nacen en bosques y micorrizan con las raíces de los árboles. Todas ellas comestibles de escasa calidad. Más rara vez hay gente que las ha confundido con ejemplares del género Clitocybe de colores marrones pero su aroma es muy diferente, además de que son más claros en la cutícula, sus láminas no son decurrentes o lo son mucho menos, el pie es siempre central y suelen salir en los llamados corros de brujas, todos comestibles. Personas que no son muy duchas en el mundo de la micología han llegado a confundir las setas de cardo más claras con Clitocybes blancos, tóxicos o las de color más marrón con el tóxico Paxillus involutus. Pero verdaderamente eran personas cuyos conocimientos sobre setas, y en especial sobre la seta de cardo era nulo. Lo más extraño es que algunas de estas setas no comparten el hábitat con la seta de cardo y aun así hay gente que las recolecta pensando que son setas de cardo.


La seta de cardo al igual que todas las setas posee importantes cantidades de minerales y vitaminas, por lo que su consumo es muy beneficioso para nuestro organismo porque al tener mucha fibra es útil para combatir el estreñimiento, posee gran cantidad de antioxidantes ayudándonos a frenar el envejecimiento. Es rica en yodo que es muy beneficioso para el sistema circulatorio y potasio que regula de la presión arterial; también ofrece un significativo aporte de vitamina B2 (o riboflavina) que favorece la actividad oxigenadora intercelular, de forma especial en la integridad de la córnea, contribuyendo a mejorar la salud visual; y de vitamina B3 (o niacina) contribuye a relajar los vasos sanguíneos dotándolos de elasticidad, ayuda a estabilizar los niveles de glucosa y ácidos grasos en la sangre, y a reducir nivel de colesterol. 

Desde hace años la seta de cardo (Pleorotus eryngii), la seta de ostra (Pleurotus ostreatus) y otras especies del género Pleorotus se cultivan a nivel industrial. Existen diferentes tipos de Pleurotus eryngii que son aptos para el consumo y que se pueden cultivar en varios tipos de sustratos preparados. En los últimos años se ha incrementado el cultivo industrial de seta de cardo en bolsas de sustrato. Al igual que hay un notable incremento de cultivos en los terrenos baldíos donde ya existen los cardos corredores. Estos son inoculados con esporas de seta de cardo junto a sus raíces en el mismo campo o bien se realizan plantaciones de cardos previamente inoculados en laboratorio. Estos trabajos de campo consiguen muy buenos resultados en cuanto a producción de setas y de rapidez de aparición de las mismas. Las primeras setas pueden tardar en aparecer entre 3 meses y 1 año. Pasado este tiempo la cantidad irá aumentando temporada tras temporada. También es posible realizar plantaciones de cardos silvestres en zonas donde no existían anteriormente, aunque este proceso ralentiza en una o dos temporadas la aparición de las primeras setas de cardo. Últimamente podemos observar en las tiendas una subespecie que se diferencia perfectamente por el gran tamaño de su pie. No en vano en muchas tiendas de alimentación las venden como Boletus, por la semejanza de tamaño del pie de este Pleurotus con el del Boletus. Esta seta de tronco tan grande y escaso sombrero es conocida en Gran Bretaña como “King oyster” (Rey Ostra) y en Alemania como Kräuterseitlinge (Ostra de hierba).


Para finalizar me gustaría destacar que la seta de cardo no solamente está muy enraizada en la cultura gastronómica de Castilla, sino que también está muy arraigada en algunas regiones de Italia. Existe un plato típico en Altamura, un pueblo de la provincia de Bari en la región de Puglia, conocido como la capital del pan. Si alguna vez se acercan a Altamura en el epicentro se encuentra la panadería de pueblo llamada “Antiga Casa Di Gesú”, su dueño el panadero Luca Di Gesú es especialista en la elaboración de Focaccia. 

Una Focaccia, es un pan aplanado, parecido a la pizza que tiene como base harina, levadura, agua tibia fermentada con una cucharita de azúcar, aceite de oliva virgen extra y sal. Se amasa como si fuera pizza. Una vez extendida la masa en una plancha se cocina entre 20 y 25 minutos de horno y se deja reposar. Se le puede añadir distintos ingredientes que puedan concurrir de forma individual o en conjunto, algunos se complementan y van en pareja, otros van en solitario: Trozos de tomates secos, salchicha, longaniza, aceitunas negras, setas cardoncello, cebolla roja bien picada, cebollino y otras especies al gusto, sobresaliendo el orégano. Algunos añaden mozzarella. Cuando están incluidos los ingredientes, otra vez el horno, no menos de una hora.  Aunque la más apreciada y conocida es la focaccia de cardoncello, Curiosamente este focaccia desato una guerra contra la comida basura que terminó con los italianos calificando a este pan como Denominación de Origen Protegida ante la Unión Europea.

La leyenda cuenta que esta Denominación de Origen fue debida a una lucha en el pueblo de Altamura contra la comida basura del McDonald’s, tanto es así que en el año 2009 se estrena en Italia un documental de 82 minutos dirigido por Nico Cirasola con el título de “Focaccia Blues”. 

Este documental relata una historia, se supone que verídica, sucedida en Altamura según la cual a principios del año 2002, Luca y su hermano Giuseppe, no tienen rival en su comunidad por sus excelentes focaccias, entre las que destaca la “focaccia de cardoncello”. Pero un día en el centro del pueblo se establece un McDonald´s y es en ese preciso momento cuando comienza entre la focacceria y el emporio de comida rápida una guerra para hacerse con el mercado de comida preparada de la comarca. Al principio de su apertura, frente a la Plaza Zanardelli, el McDonald´s es un éxito, pero con el tiempo la típica focaccia triunfa sobre la mundialmente conocida hamburguesa, obligando al gigante MCDonald’s y su colosal restaurante, así lo denominaba la prensa, a hacer su petate e irse con sus "Big Macs" y sus "Nuggets de pollo" de la región Puglia. Al final se impuso la tradición cultural de la región sobre la moda yankee.


Para finalizar decir que la seta de cardo también es conocida como “Seta de Castilla”, “Seta cardera”, “Seta de cuco”, “Oreja de cardo”, “Seta de cemtcamps” en Valencia; “Gírgola de panical” en Cataluña;” Gardu-ziza” en Euskadi y como “Ostras dos garrapitos” en Galicia. En Francia se la conoce como “Oreille de chardon” (Oreja de cardo) y en Italia, como ya hemos comentado, “Cardoncello”.