Estamos ya en plena época estival y las temperaturas
invitan a pasar mucho tiempo en contacto con la naturaleza, disfrutando al aire
libre. Pero debemos también darnos cuenta que a la vez es uno de los períodos del
año en que nuestros ecosistemas son más vulnerables. Estamos en momentos
cruciales de los ciclos reproductores de la mayoría de las especies silvestres
y por ese motivo debemos de ser muchísimo más respetuosos que nunca con el
medio natural. Dando por supuesto, que debemos tener un especial cuidado, en
nuestras actividades al aire libre, para no provocar ningún tipo de incendio
forestal, hay otras cosas que debemos tener en cuenta sobre todo porque la
mayoría de las personas las hacen con buena fe, sin darse cuenta que no están
actuando de la forma más correcta.
Comencemos por intentar “salvar” a esas
indefensas crías que han sido abandonadas por sus padres. El error más típico
es recogerlas para salvarlas de posibles predadores y de lo que consideramos
una muerte segura, que en la mayoría de las veces es lo que vamos a provocar al
llevarnos las desamparadas criaturitas de su entorno natural. Veamos varios
ejemplos, el más habitual es el pobre pajarito que se ha caído del nido porque
no sabe volar, nos lo llevamos a casa para intentar salvarlo y la mayoría de
las veces termina muriéndose porque no hemos conseguido que coma o porque no
hemos dado con la alimentación adecuada para la especie que es. ¿Qué debemos
hacer entonces? Pues lo más lógico es dejarlo donde lo hemos encontrado ya que
los padres andarán cerca y lo alimentaran aunque este en el suelo; solamente
debemos tocarlo si vemos que corre riesgos inmediatos, como el ser atropellado
porque ha caído en una calle transitada por vehículos o en un lugar que puede
ser comido por perros o gatos, si estamos en este caso lo que debemos intentar
es depositarlo en un lugar seguro en las cercanías, subirlo a una rama de un
árbol o a una tapia pero siempre cerca del lugar donde lo hemos hallado.
Solamente debemos llevárnoslos si apreciamos alguna fractura o lesión.
Otro también muy habitual es el pequeño corcino
(cría del corzo) que encontramos tumbado en la sombra de algún arbusto o en
algún ribazo, miramos por los alrededores y no vemos a la madre, pensamos está
abandonado. Pues suele ser un grave error porque es casi seguro que la madre no
anda muy lejos aunque nosotros no podamos verla, solo si estamos seguros de que
la madre ha muerto, por ejemplo por un atropello, debemos llevarnos al pequeño
corzo. Los corcinos en cautividad es muy difícil que salgan adelante y los que
lo consiguen no pueden ser reintroducidos al medio natural ya que se han
acostumbrado al ser humano y pierden su instinto de defensa y huida, además los
machos criados en cautividad, al ser animales, muy territoriales no dudan en
atacar a cualquier persona que entra en su territorio como puede ser el corral
donde se ha criado.
Otra causa de gran mortandad entre los animales
silvestres son los perros sueltos, los perros son animales curiosos por
naturaleza y si los llevamos sueltos pueden producir muertes accidentales de
mucha crías, además de ocasionarnos una multa por parte de agentes de
medioambiente o por el SEPRONA. Ver las leyes o normativas de cada lugar por el
que paseéis con vuestro perro porque en mucho lugar llevarlo suelto está
prohibido, por ejemplo en parques naturales como el río Dulce. La ley dice:
“Cuando los perros que transiten por terrenos cinegéticos se alejen de la
persona que va a su cuidado más de 50 metros en zonas abiertas desprovistas de
vegetación, aun cuando permanezcan a la vista de la misma, o más de 15 metros
en zonas donde la vegetación existente sea susceptible de ocultar al animal de
su cuidador, se considerará que los perros vagan fuera del control de la
persona que los vigila (Art. 30 del Decreto 506/71, de 25 de Marzo, por el que
se aprueba el reglamento para la ejecución de la Ley 1/1970, de 04 de Abril)
Y para finalizar la última recomendación es moderar la velocidad por las carreteras rurales para evitar atropellos. Especialmente a primeras horas de la mañana ya que se asolean en el asfalto lagartos y culebras, muchos animales con hábitos nocturnos vuelven a sus refugios después de una noche buscando alimento y cruzan por estas vías y muchas aves insectívoras se lanzan al asfalto a capturas insectos; y en noches mucho cuidados con los atropellos a animales que son cegados o asustados por los faros de los coches y cruzan o se quedan inmóviles en la carretera y especialmente en las noches lluviosas ya que por estas carreteras transitan salamandras, sapos y ranas.
Agradezco el asesoramiento de Jorge Atance Sierra en referencia a reptiles y anfibios, así como la preciosa fotografía del corcino tumbado de Jacinto Lopez Beltrán.