Con la inestimable ayuda de mi amigo Jacinto Beltrán,
hemos podido seguir las andaduras durante todo este año 2014 de una familia de
cárabos. Desde los primeros reclamos del macho por el mes de enero hasta la
dispersión de las crías a primeros del mes de agosto. En esta entrada del blog
dedicada a nuestro precioso Cárabo común podréis ver fotografías que hemos realizado
durante el seguimiento de nuestros amigos. Además, comentaros que nuestra
pareja consiguió que dos de las tres crías llegaran a la fase de dispersión.
Esperemos que esas crías puedan sobrevivir este primer año que es el más difícil para
ellas.
El cárabo común (Strix
aluco) es probablemente una de las especies más difíciles de localizar en
libertad cuando durante el día permanece inmóvil pegado al tronco de un árbol o
posado en alguna rama. La época del año en que mejor puede ser observado es la
temporada de cría y fue exactamente durante ese tiempo cuando realizamos
nuestras fotografías.
En primer lugar comentar que es un ave de tamaño mediano
entre 35 y 45 cm de longitud y con una envergadura de 80 a 100 cm. Su peso
varía entre los 350 y 700 gr. Lo primero que nos llama la atención cuando
observamos a un cárabo común es su voluminosa cabeza desprovista de los
característicos penachos de plumas de las rapaces nocturnas, que los
observadores inexpertos confunden con las orejas y no lo son, y unos enormes
ojos negros que le confieren una mirada fría, casi lúgubre. Así como la
simpleza de su disco facial.
Una de las armas más temibles de nuestro amigo
nocturno son sus afiladísimas uñas negras, que culminan en unos tarsos y dedos
emplumados. Su cuerpo es compacto y rechoncho; su plumaje es
extraordinariamente críptico lo que le otorga un camuflaje que le permite
pasar totalmente desapercibido cuando se pega a la corteza de los árboles. Como
curiosidad comentar que en la Península Ibérica su plumaje puede presentar dos
formas de tonalidad diferentes: la gris y la parda, aunque en nuestra zona la
primera es la más habitual. Esta variedad de plumaje depende mucho del tipo de
bosque donde desarrolla su vida y del color de la corteza de los árboles que
tiene en su territorio. Pero en cualquier caso el diseño de su plumaje consiste
en una mezcla de punteados, barrados y listados que imitan a la perfección la
corteza de los árboles.
Muchas personas tienen la falsa creencia de que las
rapaces nocturnas poseen una gran visión lo cual es erróneo, lo que sí tienen
especialmente desarrollado es el sentido del oído. La audición es importante
para un ave de presa nocturna, y al igual que con otras aves emparentadas, los
dos orificios auditivos del cárabo común difieren en estructura uno del otro y
están colocados asimétricamente en la cabeza para mejorar la audición
direccional. Un conducto a través del cráneo conecta los tímpanos, y la pequeña
diferencia en el tiempo de llegada de un sonido en cada oído permite que la
fuente de dicho sonido sea ubicada. El orificio izquierdo se encuentra más
arriba en la cabeza que el oído derecho y se encuentra inclinado hacia abajo,
de manera que es más sensible a los sonidos provenientes de abajo. Ambos
orificios se encuentran ocultos bajo un tipo de plumas del disco facial que se
especializan estructuralmente en ser transparentes al sonido, apoyadas además por
una capa plegadiza de piel. Además debemos recordar que las rapaces nocturnas
pueden girar la cabeza casi 360º.
En cuanto a su conducta podemos decir que es una
tranquila la mayoría del tiempo y que se deja observar con facilidad, pero que
cuando llega la época de cría se transformar en un ser totalmente distinto muy agresivo y peligroso. Durante este periodo de cría no duda en atacar a
cualquiera que se acerque a su nido, sea del tamaño que sea. Como ejemplo más
claro tenemos el caso del renombrado fotógrafo de aves Eric Hosking, quien
perdió un ojo cuando fue atacado por un ejemplar mientras intentaba tomar una
fotografía cerca de su nido. Más tarde llamaría a su autobiografía An Eye for a
Bird («Un ojo por un ave»).
También quiero comentaros una curiosidad de su comportamiento, nuestros machos suelen tener dos posaderos predilectos en su territorio, uno para el día y otro para la noche. Los cuales se encuentran a una distancia prudencial del nido y desde donde pueden vigilarlo y estar rápidamente en caso de necesitar defenderlo.
Una vez que los pollos han nacido y cuando han pasado
unas dos semanas ya se les puede ver encaramados a las ramas cercanas del nido.
Pero no vuelan hasta pasados 40 días de su nacimiento y no tienen el plumaje
completo hasta los 50 días.
El cárabo común es una especie fundamentalmente forestal y su capacidad de adaptación le permite ocupar distintos y muy diversos nichos ecológicos. Su alimentación poco exigente nos permite definirlo como un depredador generalista. Es capaz de adaptarse a las posibilidades alimenticias que le proporcionan el hábitat y la época del año en la que se encuentra. Su dieta más habitual está compuesta por micromamíferos como son los topillos, ratones, lirones, musarañas,… Pero si es necesario también se alimenta de anfibios como ranas; aves pequeñas o insectos entre los que se encuentran las mariposas nocturnas, grillos, tijeretas, escolopendras, ciervos voladores, escarabajos de San Juan,….
Los depredadores del cárabo común incluyen a aves de
mayor tamaño como el búho real, el azor y el ratonero común. Es posible que los
nidos sean asaltados por martas, especialmente cuando utilizan cajas nido, y se
han dado casos de grajillas construyendo nidos encima del de una hembra de
cárabo común empollando, causando su muerte y la de los polluelos. Un estudio
danés mostró que la depredación por parte de mamíferos, especialmente el zorro,
era una causa importante de mortandad entre los ejemplares jóvenes.
Para finalizar, no
podemos dejar de mencionar la leyenda negra que existe en torno al cárabo. Asociado a la
desgracia y a la muerte, estas injustas atribuciones provienen de sus
costumbres nocturnas así como de su sobrecogedor canto.
Estos cantos en forma de lamento que salían desde la
profundidad del bosque eran motivo suficiente como para crear historias a su
alrededor. Antiguamente cuando la gente vivía más en contacto con la
naturaleza, en Galicia era fácil escuchar "el canto de la curuxa" con
el cual los padres decían a sus hijos: Es mejor que vayáis a dormir no vaya a
ser que venga la curuxa y se os lleve.
Los cárabos son un elemento que forma parte de varios
mitos y leyendas alrededor del mundo. En Gales se admitía que el llamado de un
cárabo entre las casas de una aldea significaba que una mujer acababa de perder
su virginidad. Para los bantúes, tribu africana, el cárabo es pariente de los
hechiceros, aunque por contra otra tribu africana que son los swahili cree que les causa enfermedades a los niños. Y
en Europa, en general, se le atribuía que chupaba la sangre a los niños.
Para finalizar decir que el significado de su nombre
científico Strix aluco es lechuza que chilla.